Vichama, el tesoro prehispánico peruano de 3,800 años contemporáneo con Egipto: ¿Por qué es clave para el Perú y del mundo?
A 28 kilómetros de la Ciudad Sagrada de Caral, en el valle bajo de Huaura, hace 3.800 años existió la ciudad agrícola-pesquera de Vichama que, según las investigaciones arqueológicas, estuvo vinculada con Caral, la civilización más antigua de América. Por ello, se ha convertido en una pieza clave para comprender los orígenes de las sociedades andinas y de cómo los problemas ambientales marcaron el desarrollo urbano en el Perú. Los descubrimientos en este sitio, ubicado al norte de Lima, no solo explican el pasado, sino que permiten reflexionar sobre los desafíos que podría enfrentar el planeta en el futuro.
Cuando en África, los egipcios se encontraban en su Imperio Medio, aproximadamente entre el 2000 y 1650 a. C, a dos horas y media de Lima, florecía una cultura que hizo frente a una profunda crisis climática. El proyecto de investigación, dirigido por la reconocida arqueóloga peruana Ruth Shady, revela que el área fue un centro donde confluyeron la religión, la economía agrícola y las relaciones comerciales con distintas regiones del país.
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¿Cuál fue la relación entre Vichama y Caral?
Vichama, localizado en el distrito de Végueta, a dos horas y media de Lima, es uno de los 12 sitios arqueológicos que forman parte de la red de interacción de Caral, considerada la ciudad más antigua de América. Mientras Caral se desarrolló en el valle de Supe, Vichama se consolidó en el valle de Huaura, muy cerca de la costa del Pacífico, por lo que la mayoría de alimentos consumidos por su población pertenecían a recursos agrícolas y marinos, dentro de un sistema económico de intercambio.
Las investigaciones iniciaron en 2007, durante la gestión del exalcalde de Végueta, José Li Nonato, quien contactó a la arqueóloga Ruth Shady, luego de encontrar evidencias arqueológicas en un espacio que sospechaba era contemporánea con Caral. El área, no protegida por la ley, estaba en parte ocupada por viviendas construidas por vecinos que habían comprado lotes del terreno a la anterior gestión municipal. Aunque la mayoría de personas fueron reubicadas, hasta el día de hoy se puede observar algunas casas dentro de la zona arqueológica. El nombre de Vichama proviene de un mito ancestral recogido en 1617 por el cronista jesuita Luis Teruel, que relataba la historia de un semidiós vinculado al poblamiento de Végueta, y fue asignado por Ruth Shady cuando se descubrió el asentamiento arqueológico.
“Cuando (Luis Teruel) vino por esta zona, recolectó ese cuento que narraban los lugareños y lo escribió. Al escribir sobre Vichama, habla de formaciones rocosas en el lugar. Inclusive, dentro del mito se dice que a un cacique lo convierten en un islote, que vendría a ser la isla que está al fondo. Shady le pone el nombre de Vichama y dice que ese mito se estaría refiriendo a este lugar por el sitio arqueológico, porque los docentes de la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión decían que este sitio, al estar cerca al centro poblado La Perla, debería llamarse Sitio Arqueológico La Perla”, explicó el docente y coodinador de campo en Végueta Elvis Peralta, en conversación con La República.
A diferencia de la civilización Caral, que pertenece al periodo Formativo Inicial (3.000 años a.C) y floreció durante 1.000 años; Vichama es contemporáneo con Peñico y forma parte del Formativo Temprano (entre 1.800 y 1.500 a.C). Sin embargo, ambos comparten rasgos culturales y los últimos trabajos arqueológicos permiten conocer mejor por qué la sociedad más antigua de América no continuó con su desarrollo en el valle de Supe.
“Nos hace comprender que hubo un cambio climático muy fuerte que no es el habitual de cada año, sino que se presenta por periodos y también hay evidencia de ese cambio periódico a nivel planetario porque más o menos hacia esa época en que se dio la crisis que hizo que se abandonaran los asentamientos de la civilización Caral, en el valle de Supe, ocurrió también en los centros urbanos de Mesopotamia del norte donde se han hecho investigaciones a nivel internacional”, señaló Ruth Shady para este medio.
¿Cómo vivían los habitantes de la ciudad de Vichama?
Las excavaciones revelan que los antiguos pobladores de Vichama organizaron una economía mixta basada en la pesca de anchovetas, choros y machas, complementada con cultivos como algodón, zapallo, camote y frijol. Este modelo permitió sostener una sociedad compleja que estableció relaciones de intercambio con la sierra y la Amazonía. Incluso, llegaron a registrarse en el sitio arqueológico productos de lugares más lejanos, como piedras semipreciosas, como la sodalita de Bolivia y el codiciado spondylus de Ecuador.
“Había mucho intercambio, era bastante complejo y también teníamos un momento demográfico importante. Consideramos que eran tanto los objetos que llegaban, pero también las poblaciones se intercambiaban. Venían, había ferias, relaciones, tal vez de parentesco y se copiaban las formas de organizar, es una época de paz.”, refirió Marco Machacuay Romero, subdirector de investigación y conservación de sitios arqueológicos de la zona arqueológica de Caral, para La República.
El arqueólogo también destacó lugares como Kotosh, sitio arqueológico ubicado en la selva alta peruana donde se hallaron los brazos cruzados, que fueron contemporáneo con Caral y agregó que se están descubriendo ciudades en la selva baja de Brasil, lo que sugiere que existió una forma trasversal de comercio y relaciones sociales en aquella época. Dentro de los edificios encontrados en Vichama se muestran expresiones de cuerpos cadavéricos y la celebración de la llegada del agua o la lluvia, representada a través de sapos. Según Ruth Shady, ello refleja que ocurrió un cambio ambiental intenso y prolongado que causó crisis en la civilización Caral, pero que en Peñico y Vichama se logró contrarrestar.
“A través de la información que venimos recuperando en investigaciones de biólogos y a través de isótopos de carbono, se trataba de una sequía muy permanente de larga duración, donde los ríos desaparecieron, había limitaciones muy fuertes en la actividad agrícola (…). En determinadas partes del edificio la representación hace ver cómo está la gente muriendo por la falta de alimentos, pero en periodos siguientes la representación es de individuos que intentan sobrevivir con el recurso marino, pero que no era de la misma cantidad y características naturales, sino peces limitados y aguas más calientes”, enfatizó Shady.
¿Cuál es la importancia de Vichama para el Perú y el mundo?
El sitio arqueológico de Vichama ofrece un valioso testimonio sobre cómo las civilizaciones antiguas enfrentaron los embates del clima. Las sequías prolongadas registradas hace más de tres milenios dejaron huellas en murales que representan cuerpos delgados y figuras de sapos y serpientes que, de acuerdo con la documentación etnográfica e ideología tradicional, son símbolos de la lluvia y los ríos.
Tatiana Abad Lezama, quien trabaja en Vichama desde 2007 y está a cargo del proyecto desde este año, explicó que de 1.800 a 1.500 a.C. los edificios han pasado por diferentes etapas de construcción. Mientras en un inicio estaban orientados hacia el norte, relacionado con el mar y los recursos marinos, posteriormente cambian hacia el este, mirando hacia el río del valle de Huaura. “Se han identificado 6 periodos que fueron cambiando de acuerdo a las condiciones naturales que se vieron en esta parte del territorio. Cambia el tipo de piedra, la forma en la que la colocaron, el estilo constructivo, los materiales”, agregó.
Ruth Shady destacó que durante la época de Vichama y Caral hubo mucho respeto hacia la naturaleza. Las construcciones se edificaron sobre colinas o cerros, dejando libre la parte baja del valle para las tierras agrícolas. Asimismo, consideró que la investigación es importante para reflexionar sobre cómo estamos viviendo en el presente y qué cambios se deben fomentar para tener mejores condiciones de vida, enfatizando que solo el 2.7% del agua de los nevados de la Cordillera de los Andes va hacia el océano Pacífico, situación preocupante ante la reducción de los glaciares en un 40%.
“El territorio del Perú está atravesada por la Cordillera de los Andes. Cada sitio tiene sus propias características, de modo que es necesario conocer cómo debemos actuar para mitigar los efectos porque ya se ha anunciado un cambio climático a nivel mundial. Incluso, a nivel internacional se estuvo organizando, pero ahora ya no se hace por cambios que han habido en las políticas de los gobiernos que estaban aportando en la economía mundial para que se pudiese conocer qué características iba a tener”, puntualizó.
Fuente: La República